lunes, 6 de febrero de 2017

Quiérete joder.

A veces me definen como hielo.
Mi piel es cálida, mis ojos y mi pelo también. Pero hablando de lo más profundo del alma, dicen que me he congelado.
Y puede que tengan razón.
Si "alguien" se acerca, la fría barrera se interpone.
Lo sé, mi corazón hace mucho que permanece congelado.
Pero, ¿sabes lo mejor? El hielo lo ha mantenido vivo, debajo de esa capa gélida continúa latiendo.
Y quien de verdad lo toque será porque, realmente, quiera sentir su latido.


(16-17. Querida Yo: Y lo que venga ya se verá después).

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