Me sobra la piel
que me arranco a diario,
tras un momento de depresión
olvidado.
Me sobra la piel que tú has
tocado,
porque es el recuerdo
de donde tú has estado.
Me sobra la piel, a cada amanecer
de noches vacías,
sin sentido
con sed.
Me sobra la piel que una vez tuve,
pero que ahora está
como un espectro sin vida.
Me sobra la piel que me acaricio,
que me araño,
que siente frío.
Y está ardiendo.
Me sobra la piel del deseo fugado.
De la vida intranquila.
De asuntos no completados.
Me sobra la piel,
y algún día la quemaré en una
hoguera;
de mis vanidades y miedos,
de lo que nunca entendiste.
Y nunca te dejaré comprender.
De lo que perdiste y no te
importó.
De la profundidad de un ser. (06/2016: Tengo que salvarme. Otra vez. Mi libertad).
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