jueves, 7 de enero de 2016

Humo.

Me recuerdas al humo. A veces visible, otras veces traslúcido. Me recuerdas porque sin ser materia danzas en el aire que me rodea, a veces no consigo percibirte y en el momento más inesperado te huelo. Y apareces. Pero a la vez no. Y vuelas en un rinconcito de mi mente solitaria. Y te echo, pero vuelves a aparecer para dejarme. Vienes fuerte contra mi rostro para después marcharte más veloz si cabe. Y así eres tú. Casi aire, pero más fuerte. Casi fácil, pero si no eres materia. Casi soportable si no eres intenso. Pero cuando no es así, casi puedes llegar a ahogarme. Así eres, quemas sin ser fuego. Así es tu recuerdo, sin cenizas ni ascua, pero ardiendo. Aunque tu llama es cada vez más débil, pero nunca te marchas del todo. Y sin embargo nunca has estado. Sin ti pero contigo. Ya es hora de que yo coja mi camino, poder probar la libertad del aire sin tu esencia. Poder marcharte tú sin rencores ni dolores. Y que ya no oprimas, y que yo ya no insista. Y que cierre la puerta que no cerraste. Y para siempre se irá de mi vida este humo que lo impregna todo. Sigues siendo constante, pero no tan fuerte.

 16: No te vas, te estoy echando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario