Es tanto el deseo que mi mente te materializa. Jamás has
estado aquí, jamás podrás irte. No he decidido esto, pero ya no hay forma de
pararlo. No estuviste aquí, fuiste un espejismo en un momento dado, una ilusión
pasajera de un deseo que mengua, se confunde y atraviesa a la razón. Férrea
como el hierro, se ha roto como el cristal. Algún día recuperaré la cordura,
pero tú no has de estar.
No has estado aquí, ha sido mi subconsciente. No han sido
mis ojos, ha sido mi mente. Si vuelves me rompo, si no te veo te anhelo, sin ti
no hay emoción, contigo es demasiada. Algún día recuperaré la cordura, y no
sentiré nada.
Pero tantas veces que el espejismo apareció, ayer pareció
ser verdadero. Estas aquí, rompiendo el mundo, rompiendo los planes y
llevándome a la locura más tierna e insoportable que he sentido nunca.
No sé si te quiero aquí a 500 kilómetros de distancia. No sé
si quiero abrazarte o dejarlo para no sentir nada. Eres real y a la vez no, el
escalón que nos separa es la verdadera distancia. Es tan imposible que ya no
hay esperanza. Y aun así… Aun así.
O vuelves o no vuelves. Estás aquí y te irás, quizás para
siempre. La despedida más insípida. Tanto que ni existe. Tanto que solo está en
mí. Te irás para siempre ahora más pronto que nunca. Y ya no sé qué sentir. Ya
no sé qué hacer. Ya no sé si eres tú o soy yo. Algún día recuperaré la cordura.
01:2015. "Comienzas a ser el reflejo de lo que eras. Es el destino."
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